La melatonina es un metoxindol presente en todas las formas de vida con respiración aeróbica en el reino animal y vegetal. Aparece hace unos 3500 millones de años y su función primigenia es la citoprotección como potente antiinflamatorio, antioxidante e inmunoregulador. Más recientemente en la escala filogenética, y por su particular sensibilidad a la luz, es seleccionada evolutivamente como código químico de la noche y pasa a ser una señal principal en el sistema circadiano que “abre las puertas del sueño”. No hay otra sustancia natural así.
El uso de la melatonina en dosis adecuadas nos da la posibilidad inmediata de prevenir en poblaciones de riesgo las secuelas de la pandemia COVID-19 y en especial la posibilidad de reinfección. La revista internacional MELATONIN RESEARCH acaba de publicar un número especial dedicado a este tema (disponible en www.melatonin-research.net) que les recomiendo consultar.
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